Episodio 59: Lo que me preocupa de la inteligencia artificial en educación


“Hace poco, leía un artículo muy interesante del Dr. Bruce Ellis, titulado “A teacher rubric and checklist for assesing AI tools”, que en español sería algo como “una rúbirca y lista de cotejo para que los docentes evalúen herramientas de inteligencia artificial”. Y es que, ¿nos estamos preocupando por qué tecnologías estamos dejando entrar a nuestras aulas para que nuestros estudiantes interactúen con ellas?”


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Bienvenidos al primer episodio de 2024: se hizo esperar, pero aquí está.

Siempre que se inicia un nuevo año, solemos tener esta actitud de reseteo, de darnos la oportunidad de empezar de nuevo corrigiendo errores; así que, de antemano, mis mejores deseos para todos este nuevo año escolar.

Me he retrasado muchísimo en la publicación de este primer episodio por temas laborales, pero puedo adelantar que tendremos muy buenas entrevistas y haremos todos los análisis necesarios que ayuden a aclarar un poco más el panorama educativo, de la mano de grandes especialistas en educación de diversas partes de Hispanoamérica

Serán 36 episodios que espero lograr sean de su agrado. Bueno, a lo que vinimos.

Sobra decir que la protagonista principal en la educación en 2024 será la inteligencia artificial. Todos, o casi todos, hemos puesto los ojos sobre esta tecnología: desde los early adopters, aquellos que les gusta probarlo todo casi antes de que salga al mercado; hasta los haters, aquellos que simplemente odian cualquier forma de innovación que rompa el status quo.

No importa en que segmento de el espectro nos encontremos, la IA está en boca de todos. Unos la quieren en sus aulas a toda costa, a otros les gusta ir con calma buscando buenas prácticas para usar como modelo, otros esperan que su escuela les obligue a usarla para implementarla, y también tenemos de aquellos que piden bloquear esta tecnología porque mencionan que no permitirá que se produzcan aprendizajes significativos.

Hoy no vamos a juzgar a nadie; hoy analizaremos lo que está pasando alrededor de esta tecnología que debería preocuparnos, que debería hacer que demos un paso atrás para observar el panorama completo; para tomar buenas decisiones en torno a su uso.

Ojo, yo soy partidario de integrarla a los procesos de enseñanza y aprendizaje; sin embargo, hay algunos factores que debemos tomar en cuenta antes o durante esta integración.

Hoy les propongo 4 puntos que me preocupan sobre el uso de la IA en educación:


#1: Habilidades digitales docentes

En estos últimos meses he tenido la oportunidad de participar en diversos talleres, cursos, foros y ponencias sobre el uso educativo de la inteligencia artificial; y he podido constatar de primera mano, que en muchas instituciones educativas aún les falta dar el segundo paso en su plan de desarrollo de competencias digitales docentes.

¿Qué quiere decir esto? Bueno, un gran número de maestros son hábiles en el uso de aplicaciones tecnológicas para crear contenido digital, para manipular plataformas educativas, incluso para diseñar actividades o evaluaciones en formato digital; sin embargo, no tienen claro qué más deben aprender, cuál es su norte; ¿saber usar aplicaciones es suficiente?

Aquí tenemos una deuda importante porque el no saber qué habilidades digitales deben desarrollar, al no contar con un marco competencial de referencia, hace que no comprendan cómo puede ser útil la inteligencia artificial. La perciben como un estorbo, como una tecnología que no permitirá que sus estudiantes logren los objetivos de aprendizaje propuestos.

Tener claro cuáles son las competencias digitales que debe desarrollar un docente les permitirá comprender cómo la IA les puede ayudar a lograr sus metas; y, gracias a ello, cómo podrán integrarla a su praxis educativa.

Por ejemplo, si entiendo que una competencia digital implica que un docente debe ser un diseñador (según los estándares digitales de ISTE), y sé que ser un diseñador implica diseñar actividades y entornos de aprendizaje auténticos que reconocen y atienden la diversidad de sus estudiantes; es más probable que sepan que la IA generativa permite lograr este objetivo de forma mucho más rápida y sencilla, es más probable que descubran su potencial y utilidad. De lo contrario no tendrán claro cómo usarla, como les puede ayudar a enseñar; y mucho menos, cómo puede impulsar el aprendizaje.

De modo que, el paso 1 es contar con un norte respecto a las habilidades digitales docentes, diagnosticar el estado actual, y trazar la ruta para llegar al lugar deseado.

Estoy seguro que la inteligencia artificial puede ser una gran aliada para lograr los objetivos.


#2: Aplicaciones para el aula

Tan pronto Chat GPT se empezó ha hacer más popular entre las personas, aparecieron un sinnúmero de aplicaciones y plataformas dotadas de sistemas de inteligencia artificial generativa que todos querían probar. Estamos hablando de finales de 2022 e inicios de 2023. A esto se sumó la carrera por el liderato que asumieron las grandes corporaciones, luego de la salida al mercado de Chat GPT de OpenAI.

Ahora mismo tenemos un centenar de chatbots de IA generativa, de lo cuáles destacan el ultra conocido Chat GPT, Microsoft Copilot (qué antes se llamó Bing AI), Google Gemini (que hasta hace poco era Google Bard), Perplexity, entre muchos otros que son muy potentes y capaces de ser entrenados con información propia.

Ahora, ¿cuál de estas tecnologías podemos usar en educación? ¿No te habías hecho esa pregunta? ¿Es que todas estas aplicaciones que permiten crear textos, imágenes, vídeos, conversar con PDFs, elaborar presentaciones completas con unos pocos clics y demás, podemos usarlas en las aulas libremente con menores de edad?

Hace poco, leía un artículo muy interesante del Dr. Bruce Ellis, titulado “A teacher rubric and checklist for assesing AI tools”, que en español sería algo como “una rúbirca y lista de cotejo para que los docentes evalúen herramientas de inteligencia artificial”. Y es que, ¿nos estamos preocupando por qué tecnologías estamos dejando entrar a nuestras aulas para que nuestros estudiantes interactúen con ellas?

Si bien es cierto esta es una preocupación que existe desde hace mucho en educación; la IA, con sus sorprendentes bondades, parece hacer que los maestros se olviden de los cuidados que deben tener con los datos y la información de sus estudiantes, y simplemente deciden usar estas herramientas casi sin restricciones.

No se trata de satanizar a los sistemas de IA generativa, se trata de ser prudentes, de hacer pruebas y de leer siempre la letra pequeña antes de aceptar las condiciones de uso.


#3: Equidad de acceso

Veo con mucho alegría como hay un gran número de maestros involucrados en el uso de la inteligencia artificial generativa en sus aulas. Abundan las aplicaciones, las plataformas, las actualizaciones frecuentes, las certificaciones que permiten crear comunidades en torno a determinadas tecnologías, lo que está muy bien. Estamos en la cresta de la ola, es el momento del hype, como se dice en el argot matemático

Yo comprendo la situación perfectamente porque todos los maestros innovadores queremos estar allí, probarlo todo, aprender para poder poner en práctica

La pregunta que pongo sobre la mesa es: ¿no hemos tenido muchos ejemplos de aquellas tecnologías que se nos prometían gratuitas hasta que hubo suficiente gente cautiva para ponerle un precio?

No quiero decir con esto que el uso de las herramientas digitales no deba costar: sería una locura. Pero con la IA hay un problema aún más grande porque es en realidad un change maker.

En realidad se puede hacer muchísimo con ella: la labor docente puede centrase en lo más importante, en aquello que no es capaz de hacer esta tecnología, y los estudiantes pueden llegar más lejos, porque tienen una poderosa herramienta para lograrlo (siempre que se implemente bien, claro está). Pero (porque siempre hay un pero), ¿qué pasa con los estudiantes que no tienen dispositivos en sus colegio, o en casa? ¿qué pasa con aquellos que no tienen acceso a Internet? ¿Tendrán las mismas oportunidades que los demás, o la brecha se agranda?

Ahora, sin buscar ser dramáticos, ¿qué pasa con aquellos que no pueden pagar los USD$ 20 mensuales que cuesta Chat GPT 4.0, ahora mismo; en comparación con aquellos que sí? ¿Qué pasa con las escuelas que no pueden pagar Google Duet o Microsoft Copilot para todos sus estudiantes; en comparación de aquellas que sí? ¿lograrán lo mismo?

No quiero sonar dramático pero si el acceso a dispositivos tecnológicos o a Internet, o a una educación de calidad, ya genera brechas; ¿qué creen que ocurra con la inteligencia artificial en educación?

Hay problemas que podemos solucionar y otros que quizás no, pero es bueno tenerlos en consideración para cuando nos toque desarrollar planes o proyectos en los que esta tecnología pueda intervenir.

El estándar digital ISTE 2b dice: “Abogar por el acceso equitativo a las TIC con fines educativos, al contenido digital y a las oportunidades de aprendizaje para satisfacer las necesidades diversas de todos los estudiantes”; no lo perdamos de vista.


#4: Ignorar a la inteligencia artificial

Más allá de los problemas económicos o financieros por los que atraviesan diversas instituciones educativas en la región, debido a la recesión; muchos líderes educativos han decidido mirar a otro lado, en relación a la IA, es como si no estuviera presenta; como si todo lo demás fuera más importante. No me entiendan mal, seguro hay temas más relevantes en las escuelas; pero eso no puede hacer que simplemente ignoremos la existencia de una tecnología que está revolucionando muchas áreas de la vida de las personas.

En principio, si miramos a otro lado, lo primero que pasará es que los docentes, en lugar de calificar los trabajos de sus estudiantes, seguro calificarán la calidad de resultados que arrojen los chatbots de IA generativa, como Gemini, Chat GPT o Copilot, entre muchos otros. Es más, ya he escuchado por allí a algunos docentes, y líderes educativos, que lo mejor será bloquear todo lo relacionado a la IA para que no ingrese de manera alguna a sus escuelas; ¿es que acaso esto es posible?

Ya no se trata solo de desconocimiento, sino también de ignorar el contexto, ignorar la realidad. Los estudiantes están usando IA en el día a día en sus móviles, en las consolas de videojuegos, en sus servicios de streaming en casa, al crear contenido para sus redes sociales, etc, etc, etc.

Como conversaba hacer muy poco con los docentes de un colegio: negar la realidad en relación a la IA en educación, es como querer parar un río con la mano: Simplemente, ¡no se puede!

Hay que tomar con total seriedad cómo esta tecnología está penetrando en la vida de las personas; y así como ocurrió con otras tecnologías disruptivas en el pasado, no es inteligente ignorarla, hay que aprender qué es, cómo funciona, qué es capaz de hacer y qué no, cómo emplearla para mejorar la labor docente, cómo la pueden emplear los estudiantes para potenciar sus aprendizajes, qué cuidados debemos tener, cuáles son los dilemas éticos en su uso, y así.

Mirar a otro lado no hará que deje de existir y cuando algunos se sientan satisfechos por bloquear un conjunto de páginas o aplicaciones, se darán cuenta que la IA ya estará presente en las aplicaciones que usan en el día a día.

Eso es algo que estamos viendo en el día a día: ya podemos ver IA generativa dentro de aplicaciones como Notion, Evernote, Quizizz, Canva, dentro de las propias suites educativas como Copilot en MS 365 o Google Duet dentro de Google Workspace.

Entonces, en lugar de mirar a otro lado, de negar la realidad, o incluso de tomar la decisión de volver al mundo educativo desconectado; ¿por qué mejor no nos formamos? ¿Por qué mejor no planificamos sobre la base del conocimiento?

Con la IA bien utilizada en educación podemos crear experiencias de aprendizaje diferenciadas para los estudiantes, diseñar evaluaciones auténticas y brindar feedback oportuno, contar con un tutor o asistente personal, potenciar el desarrollo de habilidades blandas (además de monitorearlas y medirlas), mejorar la labor administrativa, entre muchos otros beneficios.

Si no educamos a nuestra comunidad educativa en el buen uso de esta tecnología, si no establecemos políticas de uso responsable y seguro, creeremos, o seguiremos creyendo, que la IA sirve solo para hacer trampa, los estudiantes creerán lo mismo, y terminaremos pensando que lo mejor es alejarla.

La tecnología no es buena ni mala per sé, depende del uso que le demos.


Seguro hay mucho más de lo que podemos hablar sobre la inteligencia artificial en educación: este año, seguro será un tema que abordaremos en “Después de Clase” con frecuencia.

Con el ánimo de seguir contribuyendo en el desarrollo de competencias de inteligencia artificial en educación: no te pierdas los #LunesDeIA en “Después de Clase Podcast” en Instagram.

Estoy muy emocionado por todo lo que les compartiré por ese medio, así que sígannos en IG para no perderse los episodios. Esta semana publicamos la primera parte de “Cómo evaluar en tiempos de IA”.


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¡Gracias por acompañarnos en este episodio de 'Después de Clase'! Espero que se sientan inspirados para emplear cada vez más los sistemas de IA en sus clases, con sus estudiantes, pero siempre de manera segura, ética y responsable.

¡Nos vemos en el siguiente episodio!

¡Chau!


Alberto Grados Mitteenn

CEO de EdTech Latam | Podcast educativo: “Después de Clase Podcast” | Magister en Tecnología Educativa | Temas: innovación educativa, integración tecnopedagógica, transformación digital.

https://bio.site/albertogradosm
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