Cómo iniciar el camino de la innovación educativa

“En realidad, no se puede innovar sin un propósito, sin una meta, sin un objetivo en mente”.

Quizás una de las palabras más empleadas en los últimos años, en educación, es “innovación”; pero me he dado cuenta que no hay mucha claridad sobre el tema, en realidad, y que en nombre de la innovación se cometen muchos errores a menudo. ¿Comprar computadoras es innovar?, ¿comprar chromebooks es innovar?, ¿usar la suite de Google o la de Microsoft es innovar?, ¿capacitar a los docentes es innovar?, ¿aplicar aprendizaje invertido es innovar?, ¿renovar el mobiliario de las aulas es innovar?, ¿comprar pantallas interactivas digitales es innovar?. La pregunta sería: ¿Qué es innovar?; y luego, ¿qué es innovación educativa?.

En estas primeras semanas de relanzamiento del podcast que da nombre a este blog -que pasó de llamarse EdTech Tips a Después de Clase Podcast (Spotify & YouTube)- he podido darme cuenta de que una de mis principales pasiones es conversar sobre innovación educativa. Hay tantas ideas diversas sobre este tema y tantas experiencias diferentes, que siempre hay algo nuevo que aprender.

Bueno, no pretendo explicar lo que se puede conseguir con un par de clics en Google Search o Google Scholar; sino más bien hacer una reflexión sobre cómo saber cuándo innovar.

¿Qué parte de todo lo mencionado líneas arriba es “innovación educativa”?. La verdad podría serlo todo, o nada. En realidad, no se puede innovar sin un propósito, sin una meta, sin un objetivo en mente; y para esto hay 2 caminos:

  1. Asumir de forma consciente que se está rezagado y se debe mejorar

  2. Identificar uno o más problemas puntuales cuya solución implicará tomar el camino de la innovación

En el primer caso, hacer benchmarks, locales e internacionales, ayuda a salir de marasmo y tomar medidas para lograr alcanzar una meta, un ideal. Como nos dice la teoría de los objetivos SMART o los KPIs, una meta viable, posible, alcanzable, medible, en un tiempo determinado, con procesos e hitos claros.

En el segundo caso, situaciones como la pandemia suelen poner sobre la mesa problemas que en circunstancias normales serían difíciles de detectar; como no contar con adecuada infraestructura tecnológica o tener como única metodología a la cátedra tradicional. En este caso puede ser complicado encontrar una solución pues se suele confundir “apagar el incendio” -dar una solución temporal o aplicar un paliativo al problema-, con planificar y aplicar una solución de largo plazo, articulada con el proyecto educativo de la institución.

Sea cual sea la motivación para asumir el camino de la innovación, es importante tener una meta en mente y, desde allí, planificar para lograr alcanzarla. Por experiencia, siempre sugeriré usar como herramienta la gestión de proyectos, porque permite dar claridad al trabajo gracias a los OKR (Objectives and Key Results), a través de indicadores de logro clave, además de procesos bien definidos.

En tu escuela, ¿están hablando de innovación educativa? Cuéntame sobre ello, que estaré gustoso de aclarar sus dudas.

Aprender y compartir…🚀

Alberto Grados Mitteenn

CEO de EdTech Latam | Podcast educativo: “Después de Clase Podcast” | Magister en Tecnología Educativa | Temas: innovación educativa, integración tecnopedagógica, transformación digital.

https://bio.site/albertogradosm
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