Qué aprendí enseñando estadística a nivel escolar
Durante más de 25 años he enseñado matemática en diversos niveles educativos. Desde operaciones aritméticas básicas a niñas de 5º de primaria, hasta matemáticas financieras o estadística aplicada a profesionales en una escuela de posgrado. En realidad, me gustan las matemáticas en todas sus formas.
En ese hermoso viaje de la enseñanza de las matemáticas, viví muchos cambios de rumbo por parte de las autoridades educativas de mi país, pero ninguno tan retador como pasar de un enfoque educativo basado en contenidos a otro en competencias; es decir, lograr que los estudiantes muestren ser competentes usando las matemáticas en situaciones diversas “de la vida real”.
Analizando cuidadosamente las competencias matemáticas del currículo nacional del Perú, se puede leer:
Competencia 23: Resuelve problemas de cantidad
Competencia 24: Resuelve problemas de regularidad, equivalencia y cambio
Competencia 25: Resuelve problemas de gestión de datos e incertidumbre
Competencia 26: Resuelve problemas de forma, movimiento y localización
Como podrán darse cuenta, la competencia 25 está relacionada a los conceptos básicos de estadística: gestión de datos, relacionada con el procesamiento de datos; e incertidumbre, relacionada a las probabilidades y los pronósticos.
En buena cuenta esa es la intención; pero, como la mayoría de maestros de matemática sabe, hay al menos 2 problemas principales para el logro de esa competencia: el tiempo con el que se cuenta y cómo se aborda la estadística en los textos de matemática.
Ya lo conversábamos con Omar Valencia, científico de datos y experto en machine learning en una entrevista en el podcast (episodio 37 del podcast: YouTube, Spotify o Apple Podcast): ¿cuánto de estadística se incluye en la formación de nuevos docentes y cómo se enseña?; pues aunque “pise algunos callos”, como se suele decir en mi país cuando se tratan temas que puede molestar a un grupo de personas; muchos maestros suelen evitar enseñar los acápites relacionados a la estadística y otros se ciñen solo a lo que dice el libro, porque no cuentan con la base de conocimientos para diseñar experiencias interesantes y retadoras para sus estudiantes, más allá de las que se les ofrece a través de los libros de texto escolares. Esto lo escribo, sin ánimo de ofender a nadie, solo tratando de ser claro y honesto respecto a este tema.
¿Qué hacer frente a esta realidad?
Bueno, aquí es donde voy a hacer algunas recomendaciones en base a las experiencias adquiridas durante muchos años, y mi formación estadística:
Plataformas de aprendizaje en línea: Más allá de lo que le toca a las universidades, y en particular a las facultades de educación, donde la enseñanza de la estadística se debe modernizar -en la mayoría de casos, para no ser injusto-; los maestros de matemática estamos obligados a seguir formándonos al respecto. En plataformas como Coursera o edX, es posible encontrar cursos relacionados a estadística descriptiva e inferencial, probabilidades; e incluso estadística computacional, de la que deberíamos todos los maestros tener al menos nociones básicas; así como también sobre temas como el machine learning, el big data o la inteligencia artifical, disciplinas que se sirven de la estadística para hacer análisis de miles de millones de datos con predicciones cada vez más certeras, si son utilizadas de forma cuidadosa y responsable.
Textos impresos o digitales: También podemos recurrir a los libros. Hay textos geniales que presentan propuestas sobre estadística con contenido muy útil orientado a diferentes tipos de profesionales. Recuerdo mucho textos como: “Estadística para Administración y Economía” de Cengage Learning, “Estadística para ingenieros y científicos” de McGraw Hill o “Razonamiento estadístico” de Pearson; libros que me permitían proponer a mis estudiantes de secundaria situaciones problemáticas interesantes y retadoras, de la vida real, usando data real. Es indispensable revisar contenido más allá de los textos escolares para encontrar buenos ejemplos, o para cambiar el enfoque sobre cómo enseñar estadística o saber qué es lo más importante en esta materia. Además, siempre existen libros complementarios como “Armas de destrucción matemática” de Kathy O’Neil, del que se puede aprender mucho de las consecuencias del mal uso de la estadística computacional y el big data; o el “The Lady Tasting Tea: How Statistics Revolutionized Science in the Twentieth Century” de David Salsburg, del que se pueden extraer valiosos ejemplos sobre el uso cotidiano de la estadística; entre otros. Recuerdo mucho, también, una colección de libros de National Geographic sobre temas de matemática y estadística que me resultó muy útil en su momento, de la que lamentablemente me quedan solo 2 ejemplares, como se ve en la imagen.
Usa tecnología digital: Cuando la base de datos a analizar no soporta conteos manuales con “palillos”, es hora de recurrir al hardware y software que nos ayuda a procesarla. Con programas tan comunes como MS Excel o Google Sheets es posible procesar y analizar datos como se hace en la realidad, en el mundo laboral. Me he topado con muchos maestros que delegan esa función a los docentes de cómputo o informática, lo que me parece increíble: ¿cómo se aprende a procesar bases de datos sin un contexto o problema real? ¿Cómo es que un profesor de matemática -o estadística- no es capaz de usar hojas de cálculo para aplicar lo que enseña con un computador?. Hay muchas formas de aprender a usar hojas de cálculo, en caso haya algún vació de conocimientos; se puede empezar con YouTube, sin invertir algo más que tiempo. Los maestros de matemática debemos conocer los métodos computacionales básicos para el procesamiento de datos; eso ayuda muchísimo a que los estudiantes comprendan la importancia de su aprendizaje, y tengan la oportunidad de resolver problemas reales usando tecnología digital.
Enseñar estadística de forma independiente: Esta propuesta puede sonar polémica, porque no se contempla enseñar estadística de forma independiente a las matemáticas; pero siendo otra ciencia, además de la enorme relevancia de su aprendizaje para comprender el mundo que nos rodea, yo considero que debería aprenderse así, casi como otra materia. En un colegio, cuyo nombre no mencionaré, allá por el año 2014, logré que sus autoridades comprendieran la importancia del aprendizaje de estadística, por todo lo ya mencionado, y así se creó un curso de 2h semanales de estadística; con su propia currícula, centrado en el desarrollo de la competencia 25, pero con identidad propia; con el que incluso se podía coordinar proyectos interdisciplinarios con otras materias. ¿De dónde salieron esas 2h? Pues del curso de matemática; solo que la estadística pudo adquirir el protagonismo que merece en una realidad en la que recurrimos a ella para comprender decisiones económicas, las redes sociales, la evolución de la pandemia, decisiones políticas, problemas demográficos, la economía mundial, los análisis deportivos, entre otros.
Bueno, esta fue parte de mi experiencia enseñando estadística a nivel escolar, espero sirva de ayuda a algún maestro que tenga las mismas dudas o necesidades. Ahora, ¿te animas a contarme tu experiencia?
Si te gustaría saber más sobre el tema o implementar una propuesta similar en tu escuela, escríbeme que estaré gustoso en ayudarte.
¡Hasta pronto!