Episodio 53: Construyendo un Futuro Educativo Inclusivo: El Poder del Diseño Universal para el Aprendizaje
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Por el título del episodio, ya saben de qué hablaremos hoy; es un tema que siempre preocupa y del que, lamentablemente, no todos los docentes son conscientes sobre cómo integrarlo a su práctica educativa, o los líderes educativos, hacer que forme parte del proyecto educativo de su institución.
En el episodio anterior, el 52, hablamos de un tema que está relacionado de forma indirecta con el tema de hoy: discriminación en la educación. En el episodio 47, hablamos sobre qué debería aprender un docente para actualizar su práctica educativa, y allí hablamos de inclusión (Recomiendo mucho escuchar o ver, ambos episodios).
De ambos, nació el interés por abordar este tema. Hablar de educación inclusiva. Pero, ¿qué entendemos por educación inclusiva?
Ayer, en el perfil de Instagram de “Después de Clase Podcast”, cuando anuncié este episodio, justo decidí abordar la problemática de la mala interpretación del concepto.
La educación inclusiva no hace referencia, únicamente, a modelos de educación que contemplan brindar un servicio educativo de calidad a los estudiantes con discapacidad o con capacidades diferentes; la educación inclusiva es una visión poderosa que busca que cada estudiante, independientemente de sus diferencias, tenga igualdad de oportunidades para aprender y prosperar, que todos los estudiantes tengan las mismas posibilidades de ser exitosos.
Entonces, estamos hablando de una propuesta que parte de un diseño empático; que no se construye a través de fórmulas o modelos inflexibles. Ya lo comentaba en el episodio 47, de manera breve: si un profesor diseña una sesión pensando en el estudiante promedio (con todo lo que eso pueda significar), ya está discriminando a todos aquellos que están por debajo de ese promedio; porque ellos no alcanzarán los objetivos mínimos.
Aquí las estrategias didácticas basadas en la pedagogía activa adquieren mayor relevancia, en tanto permiten verificar el desarrollo de competencias de los estudiantes, mientras están HACIENDO; no solo a través de completar lo que recuerdan en una hoja de papel. La evaluación integral, como parte del proceso de aprendizaje.
Ahora, luego de comprender el problema: ¿qué podemos hacer para solucionarlo? Lo primero: buscar un marco de referencia confiable para poder dar los primeros pasos en el camino de la educación inclusiva. Ese marco de referencia, puede ser el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA o UDL).
El Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) es un modelo fundamentado en los resultados de la práctica y la investigación educativa, las teorías del aprendizaje, las tecnologías y los avances en neurociencia. El DUA combina una mirada y un enfoque inclusivo de la enseñanza con propuestas para su aplicación en la práctica.
Ahora, partiendo del concepto de diseño universal, se organiza en torno a tres grupos de redes neuronales –afectivas, de reconocimiento y estratégicas– y propone tres principios vinculados a ellas: proporcionar múltiples formas de implicación, múltiples formas de representación de la información y múltiples formas de acción y expresión del aprendizaje.
Hoy analizaremos, de forma inicial pero rigurosa, sobre cómo aplicar estos 3 principios; para integrarlos en nuestra práctica educativa.
Sin más rodeos: los 3 principios del Diseño Universal para el Aprendizaje
IDEAS CENTRALES:
Principio #1: Proporcionar múltiples formas de implicación
Este principio hace referencia a uno de los grandes retos para cualquier educador que es lograr la motivación y la implicación de los estudiantes en su aprendizaje, para lo que es importante que se activen las redes afectivas.
Todos los docentes somos consciente de las diferencias individuales en las preferencias o en lo que motiva a los estudiantes: hablar en público, pintar, bailar, hacer deporte, etc.; como también sabemos que la motivación varía en función de las situaciones o tareas que hay que realizar; por ejemplo, un examen, la visita a un lugar arqueológico, el trabajo de campo campo en grupo o ensayar más tiempo para una presentación.
Las redes afectivas son las que subyacen a estas preferencias e intereses y las que influyen en la motivación para participar, implicarse y querer aprender. ¿Cómo logramos esto? Dando opciones y variedad en la forma en que presentamos el material y en cómo los estudiantes interactúan con él. Algunos estudiantes pueden estar más motivados por desafíos, otros por colaboraciones en grupo y otros por la creatividad individual.
Al proporcionar múltiples formas de implicación, estamos asegurando que cada estudiante se involucre de una manera que le resuene. Es como ofrecer diferentes senderos para explorar un hermoso bosque, cada uno único y emocionante; senderos que permiten tener experiencias distintas, pero que conducen al mismo lugar.
Principio 2: Proporcionar múltiples formas de representación
Este principio del DUA se centra en la identificación de estrategias y recursos didácticos para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a la información como componente imprescindible y así poder construir su aprendizaje; la información que no llega al cerebro no puede utilizarse.
Cada estudiante tiene su propia forma única de entender el mundo. Algunos son visuales, otros auditivos, otros kinestésicos, etc.; presentar la información de múltiples maneras garantiza que cada estudiante pueda acceder al contenido de la forma que les resulte más cómoda y efectiva.
Algunos estudiantes pueden comprender mejor a través de gráficos e imágenes, mientras que otros prefieren explicaciones verbales detalladas. Al proporcionar una variedad de representaciones, estamos reconociendo y celebrando la diversidad de estilos de aprendizaje.
Este principio es como tener un buffet lleno de opciones culinarias: algunos prefieren la frescura de las ensaladas, otros la calidez de las sopas. Todos son alimentos deliciosos, pero cada uno tiene su propio atractivo único. Y, lo más importante: todos se nutren.
Principio 3: Proporcionar múltiples formas de Acción y Expresión
Llegamos al tercer y último principio. Veamos, este principio invita a que cada estudiante demuestre su comprensión y conocimiento de maneras diversas y únicas. Se refiere a las estrategias didácticas relacionadas con el “cómo” del aprendizaje.
La diversidad de las personas en las formas de interactuar con la información y en sus preferencias para estudiar o de expresar lo que han aprendido, está relacionada con las diferencias en los estilos de aprendizaje o en las habilidades y preferencias cognitivas. Esta variabilidad requiere que se ofrezcan propuestas metodológicas que planteen diferentes formas de realizar las tareas y proporcionen oportunidades de aprendizaje a todos los estudiantes, ya que ni todos los estudiantes aprenden de la misma manera, ni hay una sola metodología que sea la mejor para todos ellos; como tampoco una sola forma de evaluación que sea óptima para todos los aprendizajes o para todos los estudiantes
Lo importante es que los estudiantes tengan oportunidades reales de lograr el objetivo de aprendizaje, de poder utilizar mejor sus capacidades y fortalezas para hacerlo y de mostrar que lo han alcanzado.
Imagina una galería de arte donde cada artista muestra su obra en su estilo preferido. Algunos prefieren pinturas al óleo, otros esculturas y otros fotografías. Todos están creando, ¡pero cada uno tiene su propio toque especial!
Del mismo modo, cada estudiante tiene habilidades y preferencias únicas para expresarse. Algunos estudiantes pueden preferir debates estructurados, otros la escritura creativa y algunos pueden optar por proyectos interactivos. Al permitirles elegir cómo mostrar su comprensión, estamos fomentando la creatividad y celebrando la individualidad de cada estudiante.
Este principio es como tener diferentes instrumentos en una orquesta: algunos tocan el violín, otros el piano y otros la trompeta. Todos contribuyen a la sinfonía de conocimiento, cada uno con su propia melodía única.
Suena muy bien, ¿no?
Hoy hemos explorado los tres principios del Diseño Universal para el Aprendizaje: implicación, representación y expresión variadas. Estos principios son esenciales para una educación inclusiva y efectiva.
La educación inclusiva es como una obra de arte con una paleta diversa de colores y pinceladas únicas. Cada estudiante es una parte valiosa de esta obra maestra, contribuyendo con su singularidad.
Te invito a unirte a este movimiento hacia la educación inclusiva. Todos podemos hacer nuestra parte para crear un entorno educativo donde cada estudiante se sienta valorado y comprendido.
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¡Gracias por acompañarnos en este episodio de 'Después de Clase'! Espero que se sientan inspirados para abrazar la diversidad y celebrar la singularidad en la educación.
¡Nos vemos en el siguiente episodio!
¡Chau!
