Episodio 32: Design thinking para desarrollar la habilidad de resolver problemas en educación

TRANSCRIPCIÓN:

En el episodio anterior, el 31 de este podcast, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Luis Felipe Castilla, Líder de Tribu en el Departamento de Tecnología del Banco de Crédito del Perú. Aprovecho para invitarlos a ver o escuchar la entrevista, que estuvo muy interesante. Conversamos sobre  las habilidades más demandadas en el mundo laboral actualmente; más aún si consideramos al currículo como una expresión del proyecto educativo de una sociedad, lo que obliga a que velemos por su actualización permanente en función a lo que queremos ser en el futuro como nación; teniendo en cuenta también al mercado laboral y sus exigencias.

Bueno, entre las ideas compartidas, Luis nos habló del trabajo en equipo, la empatía, las habilidades digitales, las ganas de salir adelante, el trabajo bajo presión; pero puso un especial énfasis en el problem solving, o la solución de problemas, que a nivel corporativo se considera una estrategia de 4 pasos, habitualmente:

  • Paso 1: Definir el problema

  • Paso 2: Generar alternativas de solución

  • Paso 3: Evaluar y seleccionar una de esas alternativa

  • Y paso 4: Implementar y hacer seguimiento de la solución.

Ahora, escuchando eso, ¿les parece conocida la secuencia? Pues sí, está muy relacionada a la metodología de design thinking. Y es que el famoso problem solving, o la habilidad para resolver problemas, suele ser uno de los principales objetivos curriculares  en muchos países. Pero, como siempre, la tarea más fácil es poner en los planes lo que queremos lograr; luego está la tarea de una buena ejecución. Y antes de hablar de resultados y mediciones; creo que el escollo principal está allí: en la ejecución.

Bueno, sin ánimo de señalar responsables, vamos a proponer hoy una alternativa para impulsar el desarrollo de la habilidad de resolver problemas, a través del design thinking.

Así que, sino más rodeos, comencemos.

PRIMERO ACLAREMOS QUÉ ES EL DESIGN THINKING:

Aquí no les voy a hablar de la historia del design thinking porque es algo que pueden conseguir con algunos clics en Google; hablemos del design thinking como metodología en educación, como alternativa al ABP; o quizás, como algunos lo consideran, como una forma de hacer ABP.

En principio el design thinking, como el ABP, es considerado como una de las pedagogías emergentes; este conjunto de estrategias, enfoques y metodologías que no nacieron de una corriente pedagógica, sino que provienen de otros campos y fueron importadas y adaptadas por los sistemas educativos, con relativo éxito.

Aquí podríamos situar no solo al design thinking, sino también al aprendizaje basado en proyectos, al aprendizaje invertido, a la gamificación, entre otros.

Ahora, el problema es que, como muchas de estas pedagogías emergentes, el design thinking en educación puede ser interpretado de muchas maneras; lo que implica que su ejecución puede ser brillante, o todo lo contrario.

Para quienes no saben mucho del tema, o quieren perfeccionarlo, les recomiendo visitar las páginas de la Design School de la universidad Stanford; quizás la institución educativa que ha hecho más aportes al design thinking a lo largo de los años.

Bueno, tampoco estaría demás revisar el libro de Tim Brown, “Diseñar el Cambio”, que durante la pandemia, felizmente, fue publicado en español en versión física y digital. Un libro que no está orientado a la educación, pero puede ayudarnos a comprender mejor para qué sirve el design thinking.

Bueno, además debemos añadir que el design thinking es una metodología activa, y digo activa porque encuentra su fundamento en la pedagogía activa, aquella en la que el estudiante aprende haciendo, experimentando, lo que John Dewey llamaba el learning by doing.

En las experiencias de aprendizaje, diseñadas desde el design thinking, además, se promueve el desarrollo de las famosas 4C, conocidas como las learning skills; de las que seguro hablaremos en un episodio posterior.

Bueno, desde el design thinking se promueven el desarrollo de estas 4C, que son:

  • Comunicación

  • Colaboración

  • Creatividad

  • Y pensamiento crítico

Ahora, de todo lo dicho hasta aquí podemos deducir que el design thinking tiene un potencial gigante en educación; ya que no se trata solo de una forma de abordar situaciones problemáticas, sino que es una muy completa metodología orientada al desarrollo de habilidades clave para los estudiantes.

¿CÓMO PUEDE EL DESIGN THINKING SER UNA DE LAS MEJORES ALTERNATIVAS PARA DESARROLLAR LA HABILIDAD DE RESOLVER PROBLEMAS?

Bueno, esto es más sencillo de explicar: el design thinking se creó para resolver problemas empleando la forma de pensar que tienen los diseñadores en esta tarea.

Se suele presentar como un proceso de 5 etapas:

  • Empatizar

  • Definir

  • Idear

  • Prototipar

  • Y Testear

Bueno, desde un solo episodio de podcasts es complicado explicar con gran detalles cada etapa de este proceso, su fundamento y variantes; pero podemos mencionar un ejemplo que podría ayudar a entender de qué va el design thinking.

Les voy a dejar en la descripción de este episodio el enlace a un par de artículos que escribí hace algún tiempo sobre design thinking, que espero ayuden a ampliar el tema.

En principio, el escenario ideal para emplearlo en educación es contar con un problema real, algo que no ha sido resuelto, o que es susceptible de ser mejorado. Aquí la habilidad del maestro, o los maestros que se involucren, es crucial; porque hay que hacer coincidir los contenidos conceptuales y desempeños, expresados en el currículo; con aquella ruta que los estudiantes seguirán al resolver la situación problemática.

Ojo: no se puede hacer design thinking, si el producto final es conocido; es más, tampoco ABP, pero esa es una discusión para otro episodio. No podemos matar la creatividad. No podemos destruir todo el proceso de ideación, selección y prototipado. En palabras sencillas, si el resultado es conocido, no es design thinking lo que se está aplicando.

Ahora, regresando al problema, puedo decir que hay que ser creativos buscando oportunidades. Les comento 2 ejemplos que usé yo, enseñando matemáticas:

  • Para explicar funciones, abordamos el problema de la congestión de las filas para la cafetería del colegio

  • O, para explicar ángulos de elevación y depresión, usamos el problema de las rampas para discapacitados en las esquinas de las calles.

Bueno, en verdad, extraño enseñar matemáticas.

A ver, entonces, el problema puede ser cualquiera, y puede ser abordado desde una materia o varias; dependiendo del nivel de coordinación de los maestros, o su interés por usar la metodología. Identificado el problema, los estudiantes trabajan en ello: recogen información de fuentes diversas, incluso pueden ponerse en el lugar de los protagonistas para conocer mejor el problema; una estrategia conocida como inmersión.

La información recopilada por varios medios, se socializa y organiza. Aquí se usan algunas estrategias y lienzos típicos del design thinking; esos que usan muchos post-its o pegatinas, que pasan de una pared a otra.

Hay un libro muy interesante para profundizar sobre estas estrategias, se llama “Designpedia”, de Juan Gasca y Rafael Zaragozá; no está orientado a educación, pero pueden obtener buenas ideas de allí.

Luego de todo este proceso, se construye el enunciado del problema con la estrategia “How might we…?” o “¿Cómo podríamos…”, de forma tal que los estudiantes no solo saben cuál es el problema, sino que la forma en que lo enuncian los involucra directamente.

La etapa siguiente consiste en proponer todas las ideas de solución posibles para luego seleccionar la mejor. Esa “mejor” idea de solución se convierte en el prototipo, que luego recibe retroalimentación, se corrige o se cambia.

Y el proceso sigue hasta su testeo por parte de los beneficiados directos con la solución diseñada.

La aplicación de esta metodología es magnífica; los estudiantes alcanzan un nivel de compromiso fantástico; les emociona aprender haciendo, resolviendo problemas reales, encontrando utilidad en lo que aprenden; pero, en realidad lo más importante es que, usando el design thinking en repetidas ocasiones; los estudiantes se apoderan también de la metodología; es decir, aprenden que para resolver problemas hay diversas estrategias y el design thinking les proporciona una.

Y no se trata solo de pasos a seguir, se trata de un proceso iterativo, en el que se prioriza la mejor solución; algo que también les hace comprender que los problemas, en las vida real, no tienen una sola solución única; sino que dadas determinadas circunstancias, se debe tratar de elegir la mejor.

Como plus, podemos mencionar que los estudiantes también aprenden a valorar, de mayor manera, el trabajo en equipo; se dan cuenta de lo rico que es contar con diversos puntos de vista al analizar un problema.


En definitiva, implementar el design thinking es una de las mejores maneras de impulsar la habilidad de resolver problemas en educación.

Si te anima integrar esta metodología a tu escuela o universidad, escríbeme a alberto@despuesdeclase.org; que estaré gustoso de darles una mano.

Espero que este episodio les haya resultado interesante; estoy completamente seguro que lo volveremos a abordar varias veces en el futuro.

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¡Hasta el próximo episodio!

¡Chau!

Alberto Grados Mitteenn

CEO de EdTech Latam | Podcast educativo: “Después de Clase Podcast” | Magister en Tecnología Educativa | Temas: innovación educativa, integración tecnopedagógica, transformación digital.

https://bio.site/albertogradosm
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